miércoles, 5 de noviembre de 2014

La hazaña

   

    Joaquin Canto                                                                      

                                                                             La estupidez insiste siempre”
                                                                                                  
                                                                                                 Albert Camus

Si  buscamos  “hazaña” en el diccionario nos aparece que se trata de un acción o hecho ilustre, heroico, pues que quieres, lo siento, y mira que me fastidia, pero ver a un tipo cruzar por una cuerda de un edificio a otro, pues como que no.

Los telediarios y las redes sociales se hicieron eco de este hecho, un tal Nik Wallenda cruzó de un edificio a otro por una cuerda,  no negare que este señor tiene un gran control del equilibrio, pero poco más. Las palabras que a mí me vienen al contemplar su acción, son temeridad, locura, inconsciencia, estupidez…lo siento no encuentro nada de ilustre, ni heroico, ni veo la hazaña por ningún lado.

Hay quien resalta el hecho de que lo hizo sin arneses de seguridad, sin red, peor aún, en qué mundo vivimos donde el hecho de que un tipo decida jugarse la vida por capricho, por aparecer en un libro estúpido o porque una cadena de televisión le paga por ello, se convierte en noticia.

Resulta curioso que le demos más importancia, que ocupe más tiempo en las televisiones, la estupidez de este señor que la publicación de un libro nuevo, la composición de una nueva ópera o la presentación de un cuadro nuevo,  pero supongo que escribir un libro, componer una ópera o pintar un cuadro son cosas menores al lado de pasearse por una cuerda.

A la estupidez del señor Wallenda le unimos el morbo patético de esta sociedad que contemplaba en directo y en televisión como andaba por la cuerda, ¿Qué hubiese pasado si cae? Pues que hubiésemos contemplado una muerte en directo, todo muy razonable.

Pero no se quedo contento, había que batir otro record, la estupidez al cuadrado, y ahora lo hacía con los ojos vendados, y su mujer diciendo en televisión que cuando se lo dijo se asusto, a mí se me ocurren otras reacciones ante esa situación.

Hemos creado un mundo estúpido, donde necesitamos “adrenalina” en nuestras vidas, me gustaría saber que opinarán sobre la estupidez de este señor los habitantes de Palestina, de Siria o de Sierra Leona, y como se que se me tachará de demagogo por estas palabras, le propondría al señor Wallenda que su nueva gilipollez fuese cruzar con una cuerda por encima de la valla de melilla, o de un edificio a otro de Palestina mientras lo bombardean.

En fin, sigamos con nuestras idioteces que así nos va.

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