jueves, 19 de junio de 2014

La esperanza de un loco



El carmín se astilla al chocar mis labios con los tuyos, mientras exhalo un gemido, apagado, ronco, desde lo más hondo de mi alma, mientras mis manos surcan tu cuerpo con ansia, con brusquedad pero con miramientos, con vehemencia pero con delicadeza....mis huellas digitales se desgastan con el roce de tu piel mientras el sudor de nuestros cuerpos fluye libremente por la cama acompañado de otros flujos...un espasmo mientras me muerdes el labio, otro espasmo al fundir mi mano en tu pecho y un último espasmo al son de nuestras caderas, un aullido y la calma....el silencio, solo interrumpido por nuestras respiraciones arrítmicas, asincopadas....y un abrazo en la oscuridad, tenue pero protectora que se rompe por la llama juguetona de un mechero....una calada profunda y la brasa de un cigarro.

El humo baila a nuestro alrededor hasta que rompes el silencio para preguntarme que es lo que busco. Tras una breve pausa y una calada robada le contesto que sólo busco lo normal, conocer a alguien y poder desnudarnos juntos, sin máscaras ni artificios, sin humo y espejos, sin trampa ni cartón...busco inteligencia e inquietudes, nada de juegos y querer aparentar, busco que me enseñen día a día y que también aprendan de mi, busco que mis sueños sean compatibles con su realidad y viceversa, que no nos ahoguemos en un mar de incertidumbres y problemas sino que me deje ser el naufrago que se adentra entre los ríos de sus piernas y encuentra su salvación en su corazón, busco arar con mis manos su cuerpo, día a día, torpemente al principio para con ello labrar nuestra felicidad, busco quien me encadene tanto con sus palabras como con sus silencios, quien con una mirada me diga todo y nada al mismo tiempo, esa complicidad que se consigue con el tiempo pero que surge desde el primer minuto, esa compañía que nunca es tediosa ni asfixiante, esa confianza que uno se tiene que ganar cada día pero que no genera miedos cuando estás ausente, busco a alguien por quien valga la pena escribir su nombre en las estrellas y no tener que arrepentirme nunca de ello, busco una compañera para esta mierda de vida que nos ha dejado la corrupción y el desempleo, busco un apoyo en cada una de mis locuras, alguien con quien salir y poder cerrar el último antro de la ciudad y desayunar antes de volver a casa o simplemente quedarnos en casa viendo una peli y que las dos opciones sean igual de atractivas...en definitiva busco lo que todos, lo normal, lo imposible... lo que no me puede dar.

Así, pues, me marcho, deambulando por la ciudad en busca de ese ideal, y notando cómo mis pies se hunden en la brea de una ciudad cada día más marchita, más triste y solitaria, arrastrando los pies bajo una luna de plástico, con un corazón oxidado, mierda de perro en la suela y un paquete de ducados arrugado en el bolsillo, al son del tintineo de las litronas empujadas por un barrendero hastiado y gris, y aún así me marcho con una sonrisa idiota, pues lo último que pierden los locos es la esperanza.

 Ed McGuinness

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